top of page
  • Foto del escritor: Anna M.
    Anna M.
  • 7 sept 2020
  • 1 Min. de lectura

Cuando somos pequeños, nuestra imaginación no tiene límites. Somos seres imperfectos que están aprendiendo constantemente del mundo que los rodea. Imaginamos, observamos, reímos con cada tontería absurda, lloramos ante necesidades básicas, y también cuando nos ponen límites; soñamos con ser mayores, como papá y mamá; y jugando a veces con los objetos más variopintos de nuestros padres.

Y si no, que levante la mano quien no haya jugado de pequeña poniéndose los tacones de mamá, o liándola parda con el maquillaje. Empiezo yo .

Nos convertimos en adultos, dejando atrás todo eso... y usando tacones de nuestra talla por supuesto.... nos preguntamos en qué momento hemos abandonado ese sueño, ese recuerdo, ese niño interior que, aún a pesar de nuestras responsabilidades y nuestra vida de adulto, debería estar en algún lugar dentro de nosotros...

Yo la busco a veces, a mi niña interior, y la encuentro vestida así, con los tacones de mamá, con el reloj de papá y con una sonrisa curiosa y con ganas de comerse el mundo y hacerse mayor.

Y yo le digo siempre: “ Por favor, no crezcas, es una trampa... es mejor que te quedes así, y que nunca me abandones, por mucho que pase el tiempo... “

Ella siempre me sonríe cuando se lo digo, y solo me dice: “ Nunca te abandonaré, te lo prometo; pero solo porque sé que tú nunca me olvidarás. Sólo tienes que recordar que vivo siempre en ti. “

Entonces, soy yo la que sonrío.

Así que aquí estoy, sonriendo...


Anna ;)


( Imagen de archivo: 123RF)


 
 
 
  • Foto del escritor: Anna M.
    Anna M.
  • 1 sept 2020
  • 1 Min. de lectura

Durante estos años he aprendido muchas cosas: he aprendido a ser más fuerte, a conocerme más, a poner a prueba mis temores, a asumir retos, a dejar ir a algunas personas (sólo porque no han de seguir acompañándome... en muchos sentidos...), entre otras cosas más...


He aprendido a ver lo más bonito de una persona: su alma, su esencia... y dejar ver esas cosas en algunas personas ... Pienso que de verdad, es lo mejor que me ha podido pasar... hasta estoy aprendiendo a convivir con un virus de dudosa reputación y que está cambiando el mundo tal como era hasta ahora!!


Hoy cumplo 43 años, la mitad de mi larga vida, espero... y aunque no haya logrado algunos de mis sueños, o mis objetivos... no significa que me haya rendido; sólo significa que a veces, sólo a veces, no siempre se puede conseguir todo en la vida.


Anna ;)


 
 
 

¿Alguien se acuerda de esta escena mítica?? Porque a mí no se me olvida nunca... Hay que decir que mearse de gusto en las bragas es aplicable a muchas cosas; por ejemplo, cuando me dan un buen masaje, en el fisio, y se me cae un chorrillo de baba pequeño y diminuto, por el agujero de la camilla... O cuando estando en la playa, el sonido del mar, la brisa marina, el suave calentar del sol y el dulce relax que acontece estando en posición horizontal... hace que la siesta después de comer en la playa haga acto de presencia, sobretodo, estando en posición decúbito prono (boca abajo... para los no entendidos...), y dejando escapar un dulce relax en forma de babilla escapándose por la boca... Sí señores, a todos nos ha pasado... y sí, a mí también... y aunque no sea nada sexy, y siempre me ha pasado estando sola... gracias a Dios... es un placer. Conclusión: "La música de la Traviata me embriaga" a mí también... Gracias Richard Gere, por hacer de un simple gesto de placer, toda una obra de arte, más fina y sexy, sin duda. Estando en la ópera, o no...


Anna ;)


 
 
 
bottom of page